En 1931 la Radio
Corporation of America (RCA) colocó una antena emisora en la terraza del Empire
State Building, el edificio más alto de Nueva York, y comenzó con sus
transmisiones experimentales.
Hacia mediados de la década de 1930 gobiernos y compañías
televisivas de los países tecnológicamente más desarrollados se deciden por la
televisión electrónica, al tiempo que las transmisiones tienden a regularizarse
y a crecer en las principales ciudades (Londres, Berlín, París, Nueva York).
En EEUU, pese a la
temprana apuesta por la vía electrónica, las definiciones técnicas de la televisión
variaban año a año (de 240 líneas, en 1933, a 525 líneas, en 1941). La primera
emisora en establecer un servicio regular fue la National Broadcasting Company
(NBC), subsidiaria de la RCA, en marzo de 1939; sin embargo, el organismo
regulador de la radio y la televisión, la Federal Communications Commission
(FCC), sólo autorizó la televisión comercial en 1941.
En Francia, René
Barthélemy instaló en abril de 1935 un estudio de televisión en la Escuela Superior de Electricidad de París y
utilizó la Torre Eiffel como soporte de la primera antena emisora. En pocos
años (1935-1939) se adoptó el sistema electrónico.
Alemania fue otro país donde la actividad en torno a la
televisión fue intensa. Ejemplo del avance
experimentado entonces, fue la retransmisión en directo de los Juegos
Olímpicos de Berlín 1936, cuya recepción se efectuó en lugares públicos. Hacia
1937 los alemanes perfilaban su propio sistema electrónico de televisión con
una definición de 441 líneas.
En 1941 Italia tenía
una televisión experimental de 441 líneas
y la URSS adoptó un sistema
electrónico de 343 líneas hacia 1937.
Los avances experimentados en materia televisiva, así como las transmisiones, se vieron afectados en Europa durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945). Así, por ejemplo, en septiembre de 1939 la BBC de Londres decidió interrumpir sus 14 horas semanales de programación a partir de la declaración de guerra del gobierno británico a Alemania.
Igualmente, en Estados Unidos donde para el mes de mayo de 1941 habían sido otorgadas quince licencias para el establecimiento de televisoras comerciales y se estima la existencia de cinco mil aparatos receptores en todo el territorio nacional, se produjo un estancamiento debido a que el gobierno prohibió la fabricación de televisores a fin de orientar el trabajo de la industria civil hacia el conflicto internacional. Así, en 1945 apenas quedaban seis televisoras en el aire.
Concluida la Segunda Guerra Mundial, Gobiernos y los sectores industriales ligados a la televisión (compañías emisoras y fabricantes de aparatos receptores) iniciaron un proceso de recuperación social, económica y tecnológica. Por entonces, en muchos países europeos fueron frecuentes las pruebas públicas de televisión con la finalidad dar a conocer el nuevo medio.
En 1947 la FCC, de Estados Unidos, practicó la normalización
técnica de las emisiones y a comienzos de 1948 ya había 17 estaciones
distribuidas en ocho ciudades; en 1949, 41 emisoras en veintitrés ciudades y en
1950, 97 televisoras en treinta y siete ciudades, con cuatro millones de
aparatos receptores distribuidos entre ellas.
La televisión se convertía así en un gran centro de atención
mediante la transmisión de shows, variedades, series y la cobertura
informativa. En 1960 el número de receptores en Estados Unidos era de treinta
millones de aparatos. A la par, la industria de la publicidad se vio
enormemente beneficiada con el progreso del medio ya que la inversión que en
1950 era de diez millones de dólares, en 1960 alcanzó los mil quinientos millones.
Ante el vertiginoso crecimiento del poder de la televisión
su acción comenzó a ser regulada en todas partes. En Estados Unidos la FCC,
organismo oficial encargado de otorgar las licencias a particulares para la
explotación comercial del servicio, prohibió la posesión de más de siete
emisoras, ante lo cual las corporaciones existentes establecieron sus cadenas
integradas por estaciones propias y asociadas.
La mayor parte de las emisoras se agruparon en tres
importantes cadenas: American Broadcasting Company (ABC), National Broadcasting
Company (NBC) y Columbia Broadcasting System CBS). La transmisión a través de
estas redes permite disminuir los costos y ofrece a los anunciantes la
posibilidad de difundir sus productos en un amplio mercado potencial.
En la Europa occidental de posguerra la reconstrucción
implicó el establecimiento de fuertes sistemas públicos y nacionales de radio y
televisión, financiados mediante el cobro de un impuesto por el uso del
receptor y/o la subvención del presupuesto estatal. La estructura adoptada en
diferentes países muestra la conformación de:
-Servicios explotados por el Estado, ya sea a través de un
departamento gubernamental o bien por una unidad, con autonomía, pero bajo su
control directo (Unión soviética y España).
-Corporaciones públicas creadas por el Estado, a las cuales
concede cierta independencia, manteniendo el control final (Gran Bretaña y
Francia).
-Corporaciones privadas en las que el Estado puede ser
accionista (Italia).
Mientras tanto las investigaciones no se detuvieron,
rápidamente se contó con dos bandas de transmisión: la inicial, que comprende
los canales del 2 al 13, identificada con las siglas VHF (Very High Frequency,
muy alta frecuencia) y UHF (Ultra High Frequency, ultra alta frecuencia), que
comprende los canales que van desde el 14 en adelante.
A igualdad de potencia la cobertura de la VHF es
mayor pero su número de canales es mucho más limitado, lo cual facilita la
interferencia entre las emisoras ubicadas en esta banda de transmisión.
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