Origen y Evolución

La televisión no fue inventada por el genio de un solo hombre; es el resultado de muchos descubrimientos en los campos de la electricidad, el electromagnetismo y la electroquímica. Los principios básicos ya eran conocidos en el siglo XIX, pero la realización práctica ocurrió cuando se pudo disponer del tubo electrónico, descubierto hacia los años 20.

El proceso científico y técnico que comienza en el año 1817 con el descubrimiento de las propiedades del selenio (elemento cuya conductividad eléctrica aumenta con la luz que recibe) por parte del químico sueco Jacob Berzelius, y que se cierra con las experiencias del ingeniero norteamericano de origen ruso Vladimir Kosma Zworykin, del británico Logie Baird y del alemán Paul  Nipkow, culminará con la aparición en el mercado de los aparatos de televisión.

Una vez descubierta la posibilidad de transmitir a través del espacio las imágenes en movimiento, gracias a su descomposición en una serie de pequeños puntos luminosos que se transmiten en forma de impulsos electrónicos, sólo era preciso encontrar un aparato que realizase el proceso inverso, es decir, la recomposición de la imagen actuando como receptor. Esto fue lo que logró Zworykin mediante un tubo  llamado “iconoscopio”.

Desde 1925 hasta 1931 cuando los trabajos empíricos se convirtieron en tecnología aplicable a la industria, en una serie de países tecnológicamente desarrollados como Estados Unidos, Gran Bretaña, Alemania y Francia, se llegó a conclusiones similares partiendo de diversos procesos, estrenando la televisión cada uno de ellos en la década 1930-1940.

En Europa el comienzo fue con la llamada “televisión mecánica”, que funcionaba mediante un sistema de disco giratorio perforado capaz de descomponer la imagen, ideado por el alemán P. Nipkow en 1884. Era un disco plano y circular que estaba perforado por una serie de pequeños agujeros dispuestos en forma de espiral partiendo desde el centro. Al hacer girar el disco delante del ojo, el agujero más alejado del centro exploraba una franja en la parte más alta de la imagen y así sucesivamente hasta explorar toda la imagen descompuesta en sesenta líneas. Sin embargo, debido a su naturaleza mecánica el disco Nipkow no funcionaba eficazmente con tamaños grandes y altas velocidades de giro para conseguir una mejor definición.

Estados Unidos prefirió la “televisión electrónica”, basada en los trabajos del ruso Boris Rosling quien, entre 1907 y 1911,  había fabricado el primer modelo de tubos de rayos catódicos, trabajo que se vería complementado con invención del iconoscopio en el que un haz de electrones bombardea una pantalla fosforescente, actuando como receptor para recomponer la imagen que se transmite en forma de impulsos electrónicos.

La televisión opera sobre el principio de que la luz visible que ilumina un objeto puede ser transformada en ondas electromagnéticas, y estas últimas convertidas nuevamente en luz para obtener una imagen.

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